Ophelia Sesión familiar. 

¿Cuál es el secreto para fotografiar una sesión familiar?
 

¿Cuál es el secreto para fotografiar una sesión familiar?

Si me hicieras esta pregunta, te diría que no hay un manual ni una receta fija. Para mí, el secreto está en mirar con el corazón, en adentrarme en la familia como si fuera uno más y dejar que las cosas fluyan con naturalidad. Solo así consigo que la cámara desaparezca y que lo que quede sea la esencia de quienes tengo delante.

Eso fue exactamente lo que ocurrió con Ophelia y sus padres, Dimitris y Elena. Desde el primer momento, me abrieron la puerta de su casa y de su mundo. No llegué como un fotógrafo externo, sino como alguien dispuesto a compartir tiempo, risas, gestos y silencios. La magia sucede cuando la confianza sustituye a las poses, y lo que retratas es vida en estado puro.

¿Cómo lo hicimos?

En esta sesión familiar no busqué la foto perfecta, sino momentos reales: la mirada cómplice entre Elena y Dimitris, las carcajadas espontáneas de Ophelia, los abrazos que surgen sin planearlos.

Ese es el tipo de recuerdos que quiero crear, porque creo firmemente que la fotografía familiar auténtica no es un escaparate, sino un legado emocional.

 

Cada disparo fue un diálogo silencioso entre mi visión creativa y la historia de esta familia. No impuse, no forcé nada. Observé, escuché y acompañé. Y fue así como logré capturar imágenes que hablan de amor, de pertenencia y de esa belleza cotidiana que a veces pasa desapercibida.

Me siento muy afortunado de haber sido testigo de este capítulo en la vida de Ophelia, Dimitris y Elena. Al final, lo que más me inspira de la fotografía de familias es precisamente eso: la posibilidad de congelar lo intangible, de crear imágenes que, dentro de unos años, les devuelvan este instante tal y como fue vivido.

Porque, si hay un secreto en la fotografía familiar, es este: dejar que la vida hable por sí sola. Y yo, con mi cámara, simplemente estar ahí para escucharla.

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Una sesión con mis hijos